La Región 4 de Chiapas, denominada Frailesca, es de suma importancia en el estado, a pesar de estar constituida por sólo 4 municipios: Villaflores, Villa Corzo, La Concordia y Angel Albino Corzo; su importancia radica en la calidad de sus suelos, aptos para la producción agrícola y pecuaria. Abarca una superficie de 8,311.8 [km.sup.2], el suelo es principalmente usado para la ganadería con 317,469 has, y 230,750 para la agricultura (3).
La región es la principal productora de maíz en el estado por lo que se le ha denominado el granero de Chiapas, los rendimientos promedio van de 2.5 a 3 ton/ha, sólo en los ciclos de 1993-1994 se registra un volumen de producción de 403,825 toneladas en 159,134 hectáreas sembradas, sin embargo únicamente 3,500 fueron de riego (INEGI, Anuario Estadístico de Chiapas, 1995). En la Frailesca se encuentran los más altos rendimientos en producción de maíz, también se produce cacahuate, sandía, sorgo, frijol, tabaco y leche. Con la crisis de la economía en general y más específicamente del sector agropecuario, que la ha padecido desde las tres últimas décadas, acentuándose en los últimos años, los productores campesinos (ejidatarios) se han visto severamente afectados, y han reaccionado buscando otras formas de sobrevivencia, algunos abandonando sus predios, o subutilizándolos.
A pesar de ser la productividad un obstáculo para enfrentar los retos de la globalización, el principal problema que los productores de la región han identificado, es la comercialización de sus productos. El maíz, base de la subsistencia de los campesinos y en esta región también la principal fuente de ingresos (4), es el producto que más ha resentido la aplicación del TLC los insumos necesarios para la producción han elevado su costo, los subsidios que el gobierno ofrecía incluyendo los créditos, han desaparecido, y el precio del producto está tratando de mantenerse en los niveles internacionales, por tanto los campesinos al ver desaparecer los subsidios (en sus diversas expresiones) que en años anteriores más o menos les garantizaba un mínimo de utilidades, están buscando alternativas para no desaparecer como productores independientes, como algunos ya lo han hecho, convirtiéndose en fuerza de trabajo disponible, la cual en parte es absorbida por los caciques y finqueros regionales, mientras que otros han migrado a las ciudades importantes del estado, buscando nuevas formas de vida.
Esto está ocasionando diversos problemas sociales urbanos, por un lado está creciendo la oferta de fuerza de trabajo en las ciudades, las cuales no alcanzan a absorberla en su totalidad, y por otro, están creciendo las zonas periféricas, puesto que son los terrenos baldíos los que están siendo invadidos por estos migrantes, trayendo nuevas demandas de tipo social como los servicios básicos, mismos que no pueden ser satisfechos por los municipios, esto es grave si consideramos que el estado de Chiapas cuenta con una población mayoritariamente rural (59.6%), y que la mayor parte de la PEA (58.34%) se dedica a actividades relacionadas con el sector agropecuario, lo cual hace evidente que lo que debe resolverse es el problema en su origen, en este caso en el sector agropecuario y por lo tanto en el medio rural.
Esta situación nos hace pensar en la necesidad de buscar opciones que eviten la saturación de las zonas urbanas y den alternativas a los productores Chiapanecos. La agroindustria ya ha sido planteada como alternativa en los planes de desarrollo estatal (Poder Ejecutivo Estatal, op. cit. p.57), sin embargo no ha habido claridad en los lineamientos ni continuidad en las políticas de fomento, por tanto las empresas agroindustriales de capital privado se han instalado de acuerdo con sus propios intereses, y los capitales sociales de acuerdo con sus posibilidades y siguiendo en estos casos las políticas gubernamentales puesto que reciben apoyo financiero de las instituciones.
Los resultados no han sido satisfactorios en ninguno de los dos casos ni beneficioso para los productores, menos aún han logrado un verdadero impacto en las zonas establecidas, al menos no en la medida esperada.
ANTECEDENTES
La industria Chiapaneca presenta indicadores de poco desarrollo, a pesar de que en la últimas décadas se han diseñado políticas económicas para fomentarla. La mayor parte de las plantas la componen pequeños establecimientos familiares muy ligados a las actividades agropecuarias, en esta situación se encuentra 94.8%, la pequeña empresa representa al 4.6% y la gran empresa al 0.2%. (Poder Ejecutivo Estatal, op. cit. p. 57).
En Chiapas la industria, como ya vimos, se caracteriza por ser en su mayor parte de tipo agroindustrial. (5), así tenemos que la molienda de nixtamal y la fabricación de tortillas representan 22% de la actividad agroindustrial, la fabricación de muebles de madera 17.9%, las panaderías 6.7% y la elaboración de lácteos 5.8%. (Poder
lore.lopez IPA unachpalenque 03/02/10
La región es la principal productora de maíz en el estado por lo que se le ha denominado el granero de Chiapas, los rendimientos promedio van de 2.5 a 3 ton/ha, sólo en los ciclos de 1993-1994 se registra un volumen de producción de 403,825 toneladas en 159,134 hectáreas sembradas, sin embargo únicamente 3,500 fueron de riego (INEGI, Anuario Estadístico de Chiapas, 1995). En la Frailesca se encuentran los más altos rendimientos en producción de maíz, también se produce cacahuate, sandía, sorgo, frijol, tabaco y leche. Con la crisis de la economía en general y más específicamente del sector agropecuario, que la ha padecido desde las tres últimas décadas, acentuándose en los últimos años, los productores campesinos (ejidatarios) se han visto severamente afectados, y han reaccionado buscando otras formas de sobrevivencia, algunos abandonando sus predios, o subutilizándolos.
A pesar de ser la productividad un obstáculo para enfrentar los retos de la globalización, el principal problema que los productores de la región han identificado, es la comercialización de sus productos. El maíz, base de la subsistencia de los campesinos y en esta región también la principal fuente de ingresos (4), es el producto que más ha resentido la aplicación del TLC los insumos necesarios para la producción han elevado su costo, los subsidios que el gobierno ofrecía incluyendo los créditos, han desaparecido, y el precio del producto está tratando de mantenerse en los niveles internacionales, por tanto los campesinos al ver desaparecer los subsidios (en sus diversas expresiones) que en años anteriores más o menos les garantizaba un mínimo de utilidades, están buscando alternativas para no desaparecer como productores independientes, como algunos ya lo han hecho, convirtiéndose en fuerza de trabajo disponible, la cual en parte es absorbida por los caciques y finqueros regionales, mientras que otros han migrado a las ciudades importantes del estado, buscando nuevas formas de vida.
Esto está ocasionando diversos problemas sociales urbanos, por un lado está creciendo la oferta de fuerza de trabajo en las ciudades, las cuales no alcanzan a absorberla en su totalidad, y por otro, están creciendo las zonas periféricas, puesto que son los terrenos baldíos los que están siendo invadidos por estos migrantes, trayendo nuevas demandas de tipo social como los servicios básicos, mismos que no pueden ser satisfechos por los municipios, esto es grave si consideramos que el estado de Chiapas cuenta con una población mayoritariamente rural (59.6%), y que la mayor parte de la PEA (58.34%) se dedica a actividades relacionadas con el sector agropecuario, lo cual hace evidente que lo que debe resolverse es el problema en su origen, en este caso en el sector agropecuario y por lo tanto en el medio rural.
Esta situación nos hace pensar en la necesidad de buscar opciones que eviten la saturación de las zonas urbanas y den alternativas a los productores Chiapanecos. La agroindustria ya ha sido planteada como alternativa en los planes de desarrollo estatal (Poder Ejecutivo Estatal, op. cit. p.57), sin embargo no ha habido claridad en los lineamientos ni continuidad en las políticas de fomento, por tanto las empresas agroindustriales de capital privado se han instalado de acuerdo con sus propios intereses, y los capitales sociales de acuerdo con sus posibilidades y siguiendo en estos casos las políticas gubernamentales puesto que reciben apoyo financiero de las instituciones.
Los resultados no han sido satisfactorios en ninguno de los dos casos ni beneficioso para los productores, menos aún han logrado un verdadero impacto en las zonas establecidas, al menos no en la medida esperada.
ANTECEDENTES
La industria Chiapaneca presenta indicadores de poco desarrollo, a pesar de que en la últimas décadas se han diseñado políticas económicas para fomentarla. La mayor parte de las plantas la componen pequeños establecimientos familiares muy ligados a las actividades agropecuarias, en esta situación se encuentra 94.8%, la pequeña empresa representa al 4.6% y la gran empresa al 0.2%. (Poder Ejecutivo Estatal, op. cit. p. 57).
En Chiapas la industria, como ya vimos, se caracteriza por ser en su mayor parte de tipo agroindustrial. (5), así tenemos que la molienda de nixtamal y la fabricación de tortillas representan 22% de la actividad agroindustrial, la fabricación de muebles de madera 17.9%, las panaderías 6.7% y la elaboración de lácteos 5.8%. (Poder
lore.lopez IPA unachpalenque 03/02/10
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